Diario del Cesar
Defiende la región

Valledupar marchó en paz y dio ejemplo al país

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POR:
EDUARDO
MOSCOTE SIERRA
Al ritmo de música, bailes, artes, arengas y un ‘río’ de personas, transcurrió el paro nacional ayer en Valledupar que congregó a unas 13.000 personas.

El sol citadino, el calor de la gente y  la ruta autorizada para la demostración de inconformidad (obelisco – avenida Fundación – gobernación y alcaldía) que se extendía por 4 kilómetros; fueron testigos de los rechazos de una posible reestructuración en la reforma laboral y pensional; ‘desfinanciamiento’ en universidades públicas, Fracking, amenazas a líderes y otros puntos que no respaldaría “el paquetazo de Duque”.

El día de ayer que mantuvo una leve sensación decembrina transcurrió en calma.

Valledupar se notaba similar a un lunes festivo, pocas personas y circulación de transporte; se veían calles como la 17 o carrera Cuarta; el comercio trabajó, al parecer, a media máquina debido a los rumores de desmanes, pero algunas tiendas estaban preparadas: blindadas de tablas y zinc; las personas prevenidas suspendieron toda diligencia personal.

Sin embargo, algunos residentes decidieron salir  al  escuchar una bulla proveniente de cinco megáfonos conectados a amplios parlantes que resonaban por la vía señalada.  Su misión fue cumplida, llamaron la atención incluso de quienes pensaron no presenciar la vía de hecho.

Los cantos eran particulares: “soy, soy estudiante soy, yo quiero escuchar para cambiar la sociedad bajo la lucha”; y los letreros llegaban a lo curioso: “Este Gobierno es más falso que mi dieta” decía uno; “el que no quiere a su patria, no quiere a su madre” se leía en otros.

Los rostros de asistentes se notaban llenos de nervios al llegar al punto de encuentro, el Obelisco; poco a poco, desde las 7:00 a.m. comenzaron a llegar varios grupos: el sector salud con el blanco de su ‘capa’ (bata), el comercio encabezado por sus diferentes sindicatos; educativo (con más de 7.000 docentes marchando en el Cesar), estudiantil, defensores de Derechos Humanos; líderes, indígenas y otros.

Inició el paro ‘21N’; la primera parada fue la Universidad Popular del Cesar (UPC) sede Sabanas, ahí se ‘montaron al bus’ más de 200 estudiantes, ampliando la masa asistente.  Para esa hora, 8:15 a.m. el sol era inclemente, entonces los termos de agua y sombrillas hicieron lo suyo, ayudaron a solventar la situación.

La caminata continúo encabezada por un cordón humano de indígenas, seguido de más de 25 grupos sindicales y organizaciones entre las que se destacaban: Sintraincomaf, Asdeccolm Fecode, Aduscesar, CGT, Unsitrase, Sinalreainbec, Asomate, Sinenpromi, Cut ySintrainal.

DIARIO DEL CESAR acompañó la marcha.  Durante la procesión ‘AntiDuque’, se logró hablar con varios asistentes, uno de ellos Martín López, un señor de 62 años que con un cartel “nos matan, nos olvidan, no nos protegen”, salió de su casa  para esperar el paro a un costado de la avenida Fundación.

Expresaba, con los brazos alzados esperando que todos los que pasaban en ese momento miraran –leyeran- su apoyo; quería explicar cómo el Gobierno colombiano le ha incumplido al país con desigualdades notorias, ha fomentado una violencia ‘sin fin’ en Colombia; resaltó impacientemente los asesinatos a jóvenes traduciéndolo como ‘lo más humillante’ en el afán de construir un futuro deseable.

“Tenemos que estar en la lucha, porque es de todos y no solo de organizaciones; es una manera de decirle al Gobierno que estamos cansados, no podemos seguir soportando inclemencias del Estado”.

La caminata continúo sobre la avenida Fundación, una mancha de banderas colombianas, del Cesar, sindicales; un color blanco predominante se veía hasta el horizonte.

Un verde estático, tratándose de los 450 agentes que acompañaron la movilización también se notaba formando un contraste con algunos jóvenes que decidieron ‘encapucharse’  con el fin de despertar curiosidad de propios y ‘mirones’, como los calificaban.

No buscaban alterar el buen orden del paro vallenato solo, dramatizar la forma en cómo hoy los ciudadanos parecen ver a los miembros del Estado colombiano: ocultos, temerosos e intimidantes; así le comentó a quien llamaremos Jair, que accedió hablar con el medio impreso.

Aceptó ser miembro de un movimiento “que está dispuesto a todo… incluso enfrentamientos”, pero que respeta la manera decente en cómo hasta ese momento, se sobrellevaba la caminata: “Somos la parte fuerte de la UPC, estamos preparados para cualquier abuso de las autoridades – Esmad – ellos provocan y atacan cuando incluso, nos mostramos indefensos. No nos confiamos. Encapuchados queremos hacer ver y sentir nuestro falta de confianza”.

Para ese momento no se escuchaban disparos ni estruendos; pero sí un rap que emitía letras improvisadas por parte de estudiantes de música de la UPC. Tampoco se veía enfrentamientos entre autoridades y civiles: las partes, como una ‘guerra’ de manos arriba, respetaban las actuaciones.

No obstante sí se escuchaban expresiones fuertes, de gritos, desde el grupo de comunidades ancestrales; exponían sus rechazos de autorizaciones de trabajos ambientales que atentan sobre la ‘madre tierra’. Con atuendos representativos bajaron de las estribaciones de la Sierra Nevada de Santa Marta para demostrar que en la parte alta del Cesar también sobreviven entre inconformidades.

Mayerli Maya, perteneciente al resguardo indígena Kankuamo – Arhuaco, habló como vocera de más de 50 paisanos que en ese momento caminaban. Por la vulneración de sus derechos, por la vida y la diversidad de tierras, fueron algunos puntos reclamados por estos miembros culturales.

“Estamos recibiendo azotes de los altos mandos, por eso estamos marchando para que nos respeten como indígenas, el fracking nos afecta, sinceramente no queremos que nos violen nuestra protección a los recursos naturales”.

GOBERNACIÓN DEL CESAR Y PLAZA ALFONSO LÓPEZ

Para las 10:10 a.m. más de 13.000 protestantes unidos al paro del ‘21N’ llegaron a la siguiente estación: la Gobernación del Cesar; se tomaron la plazoleta de banderas de forma pacífica; las fuentes de agua se encendieron y entonces estuvieron aprovechadas por varias personas buscando refrescarse.

Mientras unos amortiguaban el ‘baño’ de sol de más de cuatro kilómetros, los voceros y líderes gremiales expresaban reiteradamente los puntos que incomodan al pueblo cesarense.  La reforma pensional y laboral; el aumento al recibo de Electricaribe; la eliminación del censo nacional de gran parte de personas afro; Ley de financiamiento, entre otros.

Fue una estación de cinco minutos.   La movilización siguió, bajó por toda la calle 16 directo al punto final: la plaza Alfonso López.La zona céntrica se paralizó y en el recorrido algunos datos curiosos se iban observando.

Por ejemplo: bancos, almacenes de cadenas, restaurantes, casas y empresas públicos y privadas decidieron proteger las instalaciones evitando que fueran pintadas o deterioradas. Algunas suspendieron servicios.  No obstante, todo quedó limpio.

LLEGADA FINAL: TENSIÓN EN LA PLAZA ALFONSO LÓPEZ

Muy similar a una época de festival, se veía la presencia de personasen las estribaciones de la plaza Alfonso López; la diferencia es que se había convertido en un espacio que recibió a miles de protestantes que se vincularon a una actividad nacional.

La policía bordeaba el lugar mientras el ‘río’ de ciudadanos desembocaba.  La tarima se llenó, varios líderes hablaron, pero de repente la tranquilidad cambió.

Varios ‘totes’ comenzaron a escucharse, situación que solo alarmó después del séptimo y al notarse a varias personas correr, como buscando protegerse.

Varias piedras se veían cruzar desde los manifestantes hacia las unidades del Escuadrón Móvil Antidisturbios; insinuaciones y tensión hicieron que la autoridad actuara: tres disparos de gas pimienta buscaron calmar esta situación.

La gente corría mientras que líderes como acto de paz y evitar una alteración que terminara en caos, hicieron un cordón humano llamando a la tranquilidad y respeto entre ambas partes.

“No vamos a permitir que terminemos de forma negativa y agresiva, aceptamos la inconformidad de algunos ciudadanos, pero entre pueblos no nos podemos atacar”, comentaba en ese momento Carlos Campo, uno de los líderes del ‘21N’ en Valledupar.

“Queremos Paz, buscamos Paz (…) Policía, Comunidad, no nos podemos dañar, es pacífica nuestra forma de reclamo”, se escuchaba.

No pasó a mayores.  Pasados unos 10 minutos se dio fin a la vinculación de la capital del Cesar al paro.  Para ese momento quedaba solo la espera del pronunciamiento nacional, departamental y local, mientras muchos descansaban bajo los árboles como saboreando la sensación del deber cumplido.

UNIDO EL SECTOR OBRERO Y SINDICAL

Luego de un llamado realizado por la Confederación General de Trabajadores y la Confederación de Trabajadores de Colombia, CUT, quienes invitaban a unirse a la marcha pacífica del 21 de noviembre, varios sectores aceptaron participar de esta manifestación.

Pese a que fue convocado por las centrales obreras, comunidades estudiantil, transportadores, indígenas, ambientalistas, líderes sociales y demás decidieron unirse hacer un llamado de preocupación que genera una supuesta reforma pensional y laboral próxima a presentar ante el Congreso de la República.

Los sindicatos alegan que los cambios a proponer ‘desmejorarían’ las condiciones salariales y aumentaría, por ejemplo, la edad de jubilación; comenzarían a cobrar las jornadas laborales por horas; las universidades tendrían que tomar de sus recursos para pago de demandas de estado, entre otros puntos.

Asimismo rechazaron la propuesta realizada por la Asociación Nacional de Instituciones Financieras (Anif) de que a los más jóvenes se les pague un 75% por debajo del salario mínimo. Esto, aseguran los protestantes, es inconstitucional y desmejorará las condiciones de los empleados colombianos.

En Valledupar más de 13.000 ciudadanos salieron a marchar en un recorrido programada desde las 7:00 a.m. y que se extendió pasadas las 11:30 a.m.  DIARIO DEL CESAR tuvo la oportunidad de hablar con diferentes líderes de distintos sectores quienes expusieron la importancia el alto volumen de asistentes y la resonancia de que Valledupar se haga sentir a nivel nacional.

LÍDERES SOCIALES HABLARON

Así las cosas, Guillermo Pérez, director de la Asociación de Campesinos y Comunidades sin Tierra del Cesar dice que esta marcha multitudinaria sirvió para rechazar la mala gestión del Gobierno Nacional de manera pacífica: “queremos seguir exigiéndole al estado la defensa de la vida, recursos naturales, el rechazo a los genocidios contra el movimiento social e indígenas en Colombia”.

Además manifestó que las personas estarían cansada y no se sentirían representadas por el Gobierno actual; además que pide ‘a gritos’ mejoras en el sistema de salud, pensional y empleo.

Pérez, sostuvo que este es un mensaje claro para los nuevos gobernantes, pues a nivel local y departamental es de donde inicia la problemática: “Vamos a seguir saliendo a las calles demostrando nuestra oposición política, los electos ya deben de ir calcando a qué se enfrentan”.

CUT Y CGT

Al recorrido de cuatro kilómetro que inició en el Obelisco y finalizó en la plaza Alfonso López, llegaron al paro nacional del 21 de noviembre en Valledupar fueron representantes de la Confederación General del Trabajado, Federación General del Trabajo (CGT) y la Centran Unitaria de Trabajadores (CUT).

Por su parte, el secretario General del CGT en el Cesar, expresó que, la ciudadanía vallenata respondió favorablemente a la movilización contra el ‘Paquetazo de Duque’, que afectara estudiantes, profesionales, docentes e indígenas.

“Rechazamos la Ley de financiamiento, nos violan el derecho a la protesta social, están discriminando a los jóvenes porque piensan reducirles el sueldo; la defensa de la vida está vulnerable, todas estas medidas se ha levantado para enfrentarnos, entonces no hay garantías para el pueblo”.

Mientras tanto el presidente de la CUT en el departamento, Jhonny González, calificó este movimiento como una muestra de civismo que no necesitó ‘ninguna clase de violencia’ para reclamar los derechos.

“Al Estado le decimos que en Valledupar hay miles de ciudadanos que nos reunimos para pedir cambie las políticas represivas”.

ADUCESAR

El presidente de Aducesar, Jorge Luis Rivero reiteró que esta convocatoria apoyada por la Federación Colombiana de Trabajadores de la Educación (Fecode) demuestra como el magisterio sería uno de los principales afectados al igual que la clase obrera: la contratación por horas le daría en la ‘yugular’ sobre todo a los maestros con contrato provisional.

“El Holding financiero pretende entregarle las empresas estatales al sector privado, ahí comienza a quebrantarse el fondo de magisterio (…) este es un mensaje al Gobierno de Iván Duque: el pueblo despertó, el sector social está vivo, nunca antes habíamos visto un visto un Gobierno preocupado”, acotó Rivero.

Destaco que el día de ayer a nivel departamental, unos 7.000 docentes se unieron al paro ‘21N’.

COMUNIDAD ESTUDIANTIL Y AMBIENTAL

Estudiantes de la Universidad Popular del Cesar (UPC) al igual que otras instituciones públicas y privadas se unieron al paro nacional.  Los universitarios nuevamente solicitaban que se cumplan los compromisos pactados en el 2018 y se modificara el Artículo 44 que estaría implementado el Gobierno Nacional para reformar la protesta social.

“A nivel nacional esto será un hito en la historia, el Gobierno ha demostrado su miedo con la militarización de la ciudad”, explicó Jesús Maldonado.

Entre tanto, el exaspirante a la Alcaldía de Valledupar, Alain Jiménez, defensor de los recursos naturales, apoyó la movilización.  Dijo que la gran masa de persona es una demostración de interés que nace en las personas en cuidar el medioambiente como derecho fundamental humano.

Aseguró que la práctica del Fracking está haciendo prescrita en más de 10 naciones del mundo, “si ellos que son descentralizados  le dicen no a esta técnica que produce además, problemas de salud, ¿por qué nosotros no?.No queremos minería en los páramos ni estamos de acuerdo con el comercio de aletas de tiburón”.

COMUNIDAD INDÍGENA DIJO ‘PRESENTE’

Tayronas, Arhuacos, Yukpas, entre otras comunidades indígenas se sumaron a este ‘21N’ en Valledupar.  Leonor Zabalata líder Arhuaca y representante de las étnicas en la mesa de víctimas resaltó que su presencia además de buscar protección a sus bienes naturales, está en rechazar los crimines de líderes sociales y dirigente indígenas en el Cauca, Putumayo, Nariño y la Sierra Nevada.

“Estamos contra la violencia, queremos la paz”, manifestaba la lideresa que indicaba que la vía de hecho de las administraciones sobre el aumento excesivo de autoridades policiales, fomentaba violencia y crisis.

“Queremos que dejen de atender contra la naturaleza, de evitar entregar licencias ambientales y estudios mineros que amenazan por ejemplo, el agua”.

EL MEDIO ARTÍSTICO HIZO PRESENCIA

El actor y director de teatro, cine y televisión, John Bolívar Acosta, vio como una muestra de inconformismo que mostró la ciudadanía uniéndose al paro nacional.  Dijo que Colombia ha sido arrastrada por la corrupción, siendo uno de los principales problemas de muertes de los paisanos, antes que los grupos guerrilleros.

“Soy antiguerrilla, pero siento que la corrupción es lo primero que debemos atacar porque de ahí nacen; Valledupar es lo que no se debe hacer en ese tema porque las mafias deambulan en las administraciones públicas; por eso ver tanto jóvenes da esperanza, caer maquinarias da esperanzas”.