Diario del Cesar
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“En Colombia no es fácil sacar un saltador de altura”: Duque

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Andrés Orlando Duque Escobedo. Ese es el nombre de pila del mejor saltador de altura del mundo. Sus logros así lo avalan: 13 títulos mundiales, 34 podios (5 de ellos absolutos en las Series Mundiales: 1º en 2009; 2º en 2010, 2012 y 2015 y 3º en 2013), 67 participaciones, 15 segundos puestos, 10 terceros lugares y primer deportista en ganar una medalla de oro en el Mundial de la Federación Internacional de Natación (2013), segundo saltador de más edad en ganar un evento, a los 42 años y 301 días (Azores, en 2017); dos Record Guinnes y una vida llena de aventuras, locuras y satisfacciones.

El fin de semana este nadador de familia humilde (su madre atendía una fuente de soda y su padre manejaba una bodega de frutas, ambos en Cali) puso fin a su carrera de dos décadas.

Los clavados le dieron la posibilidad de darle la vuelta al mundo, ser reconocido, obtener resonantes triunfos, vivir en Austria y Hawaii y hasta conseguir la nacionalidad americana.

Tras su retiro de la competencia, este hombre de 45 años, quien reconoce que desde hace más de diez años venía resistiéndose a dejar el deporte, habló con EL COLOMBIANO.

¿Por qué eligió Bilbao para el cierre del telón? ¿Le trae algún recuerdo especial o fue solo por calendario?

“Elegir Bilbao no era una opción, sí el año. Cayó en la fecha de la última competencia de la Serie Mundial. Estaba ahí. Por fortuna es una ciudad que siempre me ha acogido de gran forma, la gente es muy cálida, se presta para un buen espectáculo y de hecho, así fue. Me sentí feliz, claro, con nostalgia, pero con la satisfacción de haber tenido una carrera muy bonita y fructífera”.

Muchos años, de los últimos cuatro o cinco, siempre se dijo “este es el final de Duque”. Pero no, se mantuvo ahí en plena competencia e incluso arrastrando la lesión, ¿qué lo hizo finalmente decir “hasta aquí llegué”?

“Desde hace mucho tiempo yo estaba planeando mi retiro, cinco o más años. No se había concretado porque venía alcanzando buenos resultados, y este deporte me apasiona. En realidad, las lesiones que tuve el año pasado me impulsaron a tomar esa decisión. Me dije: ‘hasta aquí’. La recuperación ha sido bastante difícil, no son lesiones fáciles de llevar (pie derecho) y, a pesar de seguir saltando bien, era mejor continuar con el plan del retiro y dejar la competencia. Dedicarme, de lleno, a disfrutar del deporte ya desde otro lado”.

¿Qué le dejan tantos años (dos décadas desde cuando empezó en 2000) en la élite como el mejor latinoamericano y uno de los mejores del mundo?

“Tanto tiempo en la élite como el mejor del mundo es la mejor recompensa que la gente me ha dado. Es un honor que el público agradezca estos años dando ejemplo y brindando los mejores saltos con mucha entrega y profesionalismo. Es bonito comprender que la gente aprecia lo que se hace y que vean en mí un ejemplo para las nuevas generaciones, para los chicos. Son cosas, quizá pequeñas, pero que para mí son muy grandes y me las llevo con muchísimo orgullo”.

¿Cuáles, al decir suyo, fueron las más grandes presentaciones en el Red Bull Series, ¿cuál de ellas fue la que más lo pudo llenar?

“Indudablemente hay una que llevo en el corazón por todo lo que significó. La que tuve en el año 2000, en Hawaii, cuando gané mi primer campeonato y desde entonces, siempre fui protagonista en las restantes pruebas. Además, porque me permitió obtener el patrocinio de la marca internacional Red Bull. Lo más importante de ello es que en esa competencia los cinco jueces dieron 10 puntos a uno de mis saltos. Este es, definitivamente, el mejor recuerdo que tengo de mis participaciones. Luego, podría decir que el regreso a Córcega tras la lesión que sufrí en 2011, porque se pensó que, después de romperme la tibia y el peroné, no podría volver a competir, triunfar y demostrarme que podía seguir en carrera. Igual, otra de mis grandes competencias fue la que viví en el Mundial Fina al ganar oro en Barcelona y, claro, la despedida este fin de semana en Bilbao. Son pruebas que recordaré por mucho tiempo”.

Paralelamente las actividades que desarrolló al margen del Red Bull World Series parecieran haber sido un bálsamo para salir de la normalidad y mantenerse inquieto. ¿Es así?

“Es que nunca fui una persona que se encasillara en algo. Paralelo a la Serie Mundial siempre he buscado sitios para descubrir cosas nuevas, experimentar, protagonizar aventuras. Creo que he sido un afortunado, me encanta descubrir lugares y hacer cosas fuera de lo común. Nunca lo dejaré de lado, seguiré buscando y experimentando”.

De lo que hizo, fuera del Red Bull, diría que lanzarse desde el helicóptero en el Hudson, del árbol en el río Amazonas y del iceberg en la Antártida son los tres principales. ¿Está de acuerdo?

“Todos han sido momentos maravillosos, algunos más riesgosos y complicados que otros. Por ejemplo, lanzarme desde el iceberg en aguas tan frías como las de la Antártida y con los riesgos que ello conllevaba, fue una experiencia complicada y peligrosa, creo que nunca la repetiría. Son experiencias vividas que me han llenado y que quiero seguir en ese plan de búsqueda”.

La presea en el Mundial Fina es otro capítulo grande de vida, ¿qué siente ahora al hacer un repaso a esa actuación y las restantes en los torneos avalados por la entidad?

“El oro en un Mundial es algo único. Independientemente que, en su momento, los saltos de altura no tuvieran cabida en el programa olímpico, siempre me había propuesto obtener una medalla, más aún es su valor si tenemos en cuenta que es la única que ha conseguido el país en natación. Que mi nombre esté escrito ahí en la historia y al lado de grandes nadadores, es un orgullo grande. Siempre se dirá que fui el primero y, hasta hoy, el único colombiano en ganar un oro en una competencia Fina”.

En deportes cuyas modalidades como la que usted eligió es bien complicado decir que se cuenta con respaldo. La mayor parte de los deportistas se hacen con esfuerzos propios y muchos más, seguramente, se han perdido por falta de oportunidades, ¿usted considera que fue un bendecido de la vida y un afortunado para salir adelante?

“En Colombia es muy complicado tener respaldo en deportes distintos al fútbol, ciclismo y quizá boxeo, diría. Los demás, como en mi caso, que no recibí apoyo durante mi carrera, nos ha tocado lucharla más. A veces nos toca buscar mecanismos impensados para sacar las competencias, para viajar, participar y dejar en alto el nombre del país, y así salir adelante”.

¿Qué experiencia le quedó de todo ese esfuerzo?

“Creo que lo importante no es quedarse en el lamento, quejándose siempre. Hay que seguir adelante, intentar cumplir la meta, lo que uno se propone. A veces se pierde mucho el tiempo mirando qué hacer y nos quedamos parqueados ahí diciendo que no hay apoyo. Hay que buscarlo, analizar posibilidades y hacer cosas grandes que queden en la retina de la gente. Solo así lograremos el respaldo en un futuro”.

¿Hay en Colombia, excepto, Miguel García y la chica María Paula Quintero, prospectos que le puedan seguir los pasos en clavados de altura?

“En Colombia no hay nadie más, solo Miguel y ahora esta sorprendente chica María Paula. Es que no ha habido tiempo ni espacio para buscar más talentos, para preparar saltadores. Este es un proceso que demora un poco, no se da de la noche a la mañana. Lo ideal es coger gente joven que se pueda preparar específicamente en esta modalidad de la natación, dedicarle horas, semanas, meses y años y que podamos seguir con un equipo”.

¿Es decir, considera que ellos son ideales para continuar su legado?

“Siempre he dicho que no quisiera irme sin que alguien esté ahí, sin alguien que nos represente bien. En este momento están ellos, lo hacen bien, pero tenemos un compromiso grande y es no quedarnos aquí, tenemos que seguir creciendo, no nos podemos detener para no terminar estancados”.

¿Qué destaca de Miguel como el hombre que recogerá su testimonio, como su sucesor en Colombia?

“Técnicamente es un saltador muy bueno, fuerte, joven, tiene más experiencia y, en los últimos años, ha estado saltando mejor. Viene demostrando gran madurez en este deporte en el que uno mejora después. Esto no es llegar y ya se está listo para competir al más alto nivel. Miguel va por buen camino y la idea es seguirlo apoyando para que mejore cada vez más”.

¿En qué paró una propuesta de crear un centro de alto rendimiento de saltos de altura en Santa Marta o Cali?

“Se mantiene en pie, es uno de mis principales objetivos. Lo vamos a hacer en Cali, ya están los diseños, le hemos trabajado mucho, le pusimos todo el corazón. Es un proyecto importante para que nuestro deporte continúe creciendo, en especial en la rama femenina. Nos falta mucho pero, de la misma manera que yo empujé esta modalidad para que tuviera su reconocimiento y llevarla hasta donde está hoy, debemos empujar para sacar adelante este centro de alto rendimiento”.

Ya dio puntadas sobre su futuro. Pero en sí, ¿a qué le va a apuntar con más energía ahora fuera de la competencia: a enseñar el deporte, montar una academia, seguir haciendo “locuras”…?

“Seguiré vinculado al deporte; continúo con mis proyectos por el mundo, no me detengo. Le pondré todo el empeño a la enseñanza de lo que sé, a preparar deportistas de bien, estar pendiente de cada uno de ellos. Y también, con toda mi energía para impulsar esta disciplina. Soy miembro de dos comités técnicos de la Fina y, desde ahí, seguiré empujando porque la meta final es llevar los saltos de altura a los Olímpicos” .